martes, 4 de enero de 2011

CON VOZ Y VOTO

Diego Alfredo Tlapa Mendoza
Consejero Universitario propietario
Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño. UABC Ensenada.

Al igual que muchos compañeros universitarios, creo que el estado actual de UABC respecto al proceso de sucesión rectoral ha propiciado un sano debate y diálogo sobre el contexto y su desarrollo, sobre la legislación universitaria, además de la mejor forma de resolver la situación que enfrentamos. También creo que la Universidad es mucho más que este proceso, donde ya varios de los principales actores han hecho su parte; por un lado tenemos a cuatro candidatos finalistas con muy buenos perfiles, dos con una orientación a la investigación (dado que están en un instituto orientado a la investigación) y otros dos con una visión integral de lo que pasa en la UABC (dado que están en la administración central), los cuatro muy preparados y de quienes ya conocimos sus propuestas e ideas; por otro lado, una parte de la comunidad universitaria expresándose en este proceso y dando pie al diálogo. Además, tenemos a la Junta de Gobierno tratando de llegar a un acuerdo para designar a la persona quien ocupará tan digno cargo, sin embargo ésta última no ha podido llegar a la designación en los tiempos establecidos y la impresión general es que no se ve cómo se pongan de acuerdo.

En este contexto, considero que la comunidad universitaria a través de sus representantes de Consejo Universitario, como autoridad universitaria, deben tomar cartas en el asunto, y es que es bien sabido que cada año un integrante de la Junta de Gobierno cumple con su periodo de 11 años, y éste es sustituido por otra distinguida persona designada por Consejo Universitario. En este sentido toda la comunidad universitaria tenemos la oportunidad de participar y ser corresponsables en la designación del futuro miembro de la Junta de Gobierno, quien a su vez definiría su voto a uno de los cuatro candidatos finalistas. Es decir nuestro voto como consejeros universitarios definiría a la persona que se encargaría por completar los 7 votos para tener un rector o en su caso se encargaría por mantener la votación 6-5, con la respectiva incertidumbre de cómo resolver esta situación. Los dos resultados serían posibles, sin embargo sería producto de la participación de la mayoría de comunidad universitaria representada en Consejo Universitario por profesores, estudiantes, directores y administrativos.

Como ya varios lo han comentado, es completamente legal y considero además oportuno, que el Consejo Universitario designe a un nuevo miembro de Junta de Gobierno y de esta manera participe en el proceso de sucesión rectoral, ayudando a destrabar lo que este órgano no ha podido terminar. Para esta designación, considero importante que se hagan al menos dos propuestas de candidatos a miembro de Junta de Gobierno, y con esto contar con más elementos de decisión, además de tener la oportunidad de revisar trayectoria, ideas y el compromiso con la universidad de estos candidatos.

Como consejeros universitarios, pero sobre todo, como parte de la Universidad crítica, que piensa libremente, tenemos la responsabilidad de involucrarnos y de propiciar que cada vez más universitarios se informen de lo que está pasando, que revisemos nuestra legislación, que veamos lo que se publica en diferentes medios, por ejemplo en este espacio de uabcsincensura o en el observatorio académico universitario, buscar la opinión de nuestros compañeros, para que con todos los elementos posibles designemos en estos momentos importantes para la universidad, a la persona que represente a la mayoría del sentir y pensar de los universitarios, y que a su vez defina el resultado de este proceso, que desde mi punto de vista ya empieza a ser desgastante. Reitero que somos mucho más que este proceso y sobretodo mucho más que los denominados grupos de poder G5 y G6, y que además, independientemente quien sea el próximo rector, debemos exigirle a éste al menos dos cosas:

1. Que se acerque junto con sus colaboradores de primera línea a la comunidad universitaria, por lo menos una vez al año en cada campus a sesiones completamente abiertas, donde tengamos la oportunidad de dialogar, proponer, criticar o celebrar las acciones y resultados que se tengan como universidad.

2. Que debido a este diálogo, el rector tenga un verdadero plan de trabajo acorde al pensar de la gran mayoría de universitarios, y que este plan no sea de sólo 4 años, sino una perspectiva más larga, para que tengamos la seguridad de que, quien llegue en otros 4 años, no modifique lo que ha funcionado bien y que la mayoría vemos como importante para la universidad. 


Creo que todos los que hoy criticamos, tenemos en mayor o menor medida, un grado de responsabilidad al no expresarnos de manera organizada, ni propiciar cambios a tiempo. Definitivamente, terminado este proceso, debemos buscar que se actualice, tanto la Ley Orgánica como los estatutos correspondientes, y que no esperemos a tener otro proceso encima para dar pie a situaciones como esta, que en cierta forma polarizan y dividen a nuestra Universidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario