jueves, 23 de diciembre de 2010

¡FUERA MÁSCARAS!

RELACIONES Y COMPROMISOS
Por Alejandro Arruza.
alejandroarruza@hotmail.com
En 1989, cuando habiendo perdido para el PRI  la elección presidencial en el estado, el gobernador Leyva Mortera supo que Salinas de Gortari le cortaría la cabeza, le  encargó a su amigo personal  y compañero de partido, Héctor “el nene” Gallego –quien durante su mandato había sido rector de la UABC para el periodo de 1983 a 1987- que por ningún motivo permitiera  que el PRI perdiera también  el control de la Universidad.
Hijo de Francisco Gallego Monge, presidente municipal de Mexicali de 1968 a 1970 en los tiempos del PRI aplanadora, Héctor Gallego ingresó joven a las filas del partido. En 1971 fue jefe del departamento jurídico del  VI ayuntamiento de Mexicali y posteriormente fue síndico procurador del VII ayuntamiento, hasta 1974, año en que ingresó a la planta docente de la  UABC para convertirse dos años más tarde en director de la Facultad de Derecho en Mexicali, y después, en 1979, ser nombrado secretario general durante la administración de otro destacado priista: Rubén Castro Bojórquez, de quien Gallego fue nombrado sucesor de 1983 a 1987.
En esos años, nada escapaba al control del PRI; la autonomía universitaria era un mito. El Lic. Gallego García formó su equipo, en donde destacaban su secretario general, Lic. Luis Javier Garavito Elías; el Director General de Extensión Universitaria, Lic. Luis Lloréns Báez, El Director General de Recursos Humanos, Lic. Alfredo Félix Buenrostro Cevallos y el  Director General de Adquisiciones, Bienes y Servicios, C.P. Víctor E. Beltrán Corona.
 Con frecuencia comían juntos en el restaurante El Chalet y allí planeaban  el futuro de su Universidad.  Platicaban de cómo se repartirían el rol de sucesiones de la rectoría. Para ello solo bastaba estar bien con el gobierno en turno, como el mismo Gallego García expresara ante la perspectiva de la elección de su sucesor:
Yo creo que la Junta de Gobierno debe considerar como uno de los requisitos que debe reunir la persona que sea seleccionada como rector, que tenga una buena relación con el gobierno del estado, porque la UABC no es una entidad separada del Estado, sino que cumple con una obligación constitucional inherente a los fines de éste, de ahí la importancia de que el próximo rector tenga cierta afinidad con el gobierno. (ZETA, junio 18 de 1987)
Por supuesto que en esos tiempos Estado, Gobierno y PRI eran sinónimos, una amalgama que no se concebía de otra forma. A lo que el Rector Gallego García se refería, era a tener afinidad con el partido. Es por eso que, por instrucciones del gobernador Leyva Mortera, la Junta de Gobierno designó como sucesor de Gallego al Lic. Alfredo Buenrostro, a quien Gallego le pidió que, como soldado del partido, se la rifara promoviendo y apoyando la candidatura a la gubernatura de su amiga Margarita Ortega Villa, a la postre derrotada por Ernesto Ruffo.
Ni Xicoténcatl; ni el gobernador sustituto Baylón Chacón; ni Gallego; ni Buenrostro, previeron la derrota del PRI en 1989. Fue un verdadero terremoto político que les sacudió el piso.
El “grupo Gallego” cerró filas. No solo había que conservar para el PRI el control de la Universidad, como lo había pedido el gobernador, sino que también había que tapar varios hoyos abiertos.  
Ese trabajo le tocó a Luis Lloréns Báez, quien en 1991 entró a ocupar el cargo de Rector.  Aunque era el turno de Javier Garavito, (quien además de secretario general ya había sido abogado general de la institución y Buenrostro lo había colocado como director de la Facultad de Derecho en Mexicali) éste  tuvo que esperar debido a su parentesco con la perredista Rosa Albina Garavito Elías, quien en ese entonces era coordinadora del grupo parlamentario del PRD en el Congreso de la Unión.  Sin embargo, Gallego negoció para que Garavito no quedara descobijado y repitiera como secretario general (ya había sido  secretario general durante su administración) de manera que esperaría tranquilamente su turno. 
Mientras tanto, durante su periodo, Luis LLoréns realizó algunos movimientos  y nombramientos por los que en un futuro cobraría la factura correspondiente: Incorporó a Daniel Solorio a la “nómina grande”, nombrándolo  Abogado General de la Universidad. A Juan José Sevilla lo puso como director de la Facultad de Ciencias Químicas de Tijuana; a Margarito Quintero Núñez, actual miembro de la Junta de Gobierno, lo colocó como director del Instituto de Ingeniería; a Jesús Francisco Galaz Fontes como director de la Escuela de Ciencias de la Educación en Mexicali y a Eduardo Backhoff Escudero lo nombró director interino del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo en Ensenada; puesto que Backhoff tardaría más de 10 años en soltar. Luis Lloréns además impuso, en la Junta de Gobierno, a su mentor el Lic. Héctor Gallego García para que de esta forma  se mantuviera vigente la cadena de favores.
A Luis Lloréns en aquel tiempo no le importaba mucho la institucionalidad, ni el servicio a la Universidad;  su compromiso no era con ella. Cuando el presidente Zedillo le ofreció un puesto en la Secretaría de Educación Pública  en su tierra natal, el DF, Luis Lloréns  renunció alegremente a la rectoría, sin el menor empacho, en diciembre de 1994 -a pesar de que aún le faltaban nueve meses para terminar su encargo-. Su renuncia la recibió en Tijuana la Junta de Gobierno un lunes a las 11:00 am y una hora después ya se había designado rector a Garavito, sin convocatoria, ni auscultación, ni consulta.
Finalmente, a cambio de algunas  “concertacesiones” hechas por el presidente Salinas de Gortari, con la senadora Albina Garavito, su hermano el Lic. Javier Garavito era nombrado rector en sustitución de Luis Lloréns. Tal y como estaba planeado, Garavito nombró como vicerrector en la zona costa, a su hombre de mayor confianza, a su incondicional: Juan José Sevilla García, y en una clara muestra de lo que es la continuidad, ratificó a Daniel Solorio como abogado general de la Universidad, y dos años más tarde le otorgó un premio mayor: la dirección de la Facultad de Derecho en Mexicali, lo que eventualmente lo convirtió en uno de sus principales golpeadores. En Ensenada, ratificó también a Eduardo Backhoff al frente del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo, quien siendo Director le pidió a Garavito le autorizara incorporar a su propia esposa, a la nómina del Instituto como investigadora de tiempo completo;  favor que Backhoff pagaría posteriormente con creces. Otro nombramiento que Garavito hizo, fue el de  la licenciada Luz María Ortega Villa -hermana de la excandidata priísta a la gubernatura de Baja California- como Jefe del Departamento Editorial de la UABC. Luz María ahora escribe para Garavito.
En ese entonces, Garavito expresaría enfáticamente:
Estoy cierto que uno de los valores de esta Universidad es la continuidad en su trabajo institucional, debemos consolidar logros y dar presencia y prestigio a esta labor. La autonomía universitaria es uno de los valores que han alcanzado las instituciones de educación superior y me ocuparé de preservarla en todo tiempo.
 
Sin esforzarse  mucho, así de fácil es encontrar los vínculos que hay entre algunos miembros de la Junta de Gobierno con los resucitados dinosaurios del PRI, a los que sirven con la esperanza de recuperar a cambio, prerrogativas y beneficios perdidos, junto con los creadores del “Observatorio Académico Universitario”. 
Ninguno de ellos  quiere hoy hablar de continuidad. Ahora se autonombran “reformistas”. No son más que un grupúsculo de añorantes, retrógradas que quisieran tener nuevamente a la Universidad bajo su poder y su mando, evidentemente con el único objeto de servirse de ella, como en los viejos tiempos.
Gallego y Buenrostro al servicio del PRI y de Jorge Hank. Lloréns y Garavito al servicio de Gallego. Sevilla y Backhoff, al servicio de Lloréns y Garavito, asociados con un amigo personal y socio de Juan José Sevilla: Jesús Francisco Galaz Fontes quien es coautor de Sevilla en prácticamente todos los trabajos que ha publicado y es subordinado de Benjamín Valdéz en el Instituto de Ingeniería en Mexicali. El puñado de paleros que escriben en el OAU claramente tienen un interés personal  en ello: fueron beneficiados de las administraciones de la mancuerna Lloréns y Garavito, y desean volver a serlo. Además de los ya mencionados:  Roberto Verdugo Díaz, secretario general de Garavito. Daniel Solorio, eterno beneficiario, abogado general, testaferro y golpeador de Garavito. Candelaria Pelayo Torres, hermana de un connotado dinosaurio priísta, actualmente presidente municipal de Ensenada. Aidé Grijalva Larrañaga, cómodamente instalada en el DF por Garavito como "Representante General de la UABC", durante diez años, hasta que fue removida por Mungaray. Luz María Ortega, con deudas por pagar al “grupo Gallegos”. Etc.

4 comentarios:

  1. Cuando Gallego fue rector, puso a su prima Clara Elena Gallego Salas como directora de la Escuela de Ciencias de la Educación. Clara Elena Gallego es la esposa de Luis Llorens. Las relaciones, los vínculos y los compromisos son más que evidentes

    ResponderEliminar
  2. Pero eso pasa con todos. Nepotismo en su maxima expresion. Actualmente el nuevo director de la facultad de ingenieria ensenada tiene a su hermano y a su hija recien egresada dando clases en la facultad.
    Solo depende de que lado de la balanza estes, eres PRI o eres PAN? Al parecer al pueblo de BC ya no le interesa seguir con el pan y es tiempo de un buen cambio al parecer y ahi estan los resultados de las ultimas elecciones.

    Que mal que la UABC sea algo tan politico y tan poco academico.

    ResponderEliminar
  3. La esposa de Mungaray es Directora de La facultad de Economía, Su hija es Maestra de tiempo completo en la Misma Escuela, El Hijo del mismo Nombre nunca asistió a clases y obtuvo un titulo de Ingeniero se fue a estudiar a España con beca de la universidad, actualmente cobra como maestro de tiempo completo sin dar clases y estuvo fuera un año en España para obtener el titulo de Doctor, con cargo a la universidad, entonces como que tratan de ver a un solo lado, por algo se siguen pagando favores no?,,

    ResponderEliminar
  4. Las relaciones están por todos lados, pero en el caso de DANIEL SOLORIO RAMÍREZ a mi en lo personal me parece que siempre ha mantenido una postura crítica, un tiempo estuvo en el poder Universitario, pero aún así tuvo diferencias fuertes con el Rector Buenrostro,.. siempre ha estado del lado de la oposición

    ResponderEliminar